A todos nos atrae el Cervino. Sin discusión. Da igual que veamos desde otra montaña de los Alpes, desde Zermatt, en fotos o en las tabletas de Toblerone.
Da igual. Nos gusta. Y a todos nos gustaría poder subir hasta su cima.
Habré subido allí unas diez veces. Todas guiando a clientes hasta arriba, y luego bajando.
No me acuerdo exactamente del número de veces que he subido al Matterhorn. Pero sí recuerdo las historias de las personas a las que he guiado allí y la razón por la que querían subir.
Como la de Andreu, que llevaba 15 años viviendo a Suiza y quería celebrarlo subiendo el Matterhorn.
El Matterhorn es un símbolo en Suiza. No es la montaña suiza más alta (la más alta es el Pico Dufour, con 4.634 metros, donde también he subido bastante y la primera vez con mi padre), pero sí es la más icónica. Ah, el Cervino tiene 4.478 metros.
¿Cómo celebrar que llevas viviendo 15 años en Suiza? Pues subiendo a su monte más especial. ¿Que necesitas ayuda? Contratas a un guía, que para eso estamos.
A ver, que no se me enfaden los italianos, que esta montaña también es suya. De hecho, con sus 4.478 metros hace frontera entre Suiza e Italia. Unos la llaman Matterhorn y los otros Cervino. Tiene una cima suiza y otra italiana (la famosa cruz del Cervino está en la parte italiana).
Si estás leyendo esta página es porque ya tienes entre ceja y ceja subir esta montaña. No voy a ser yo el que te quite esa ilusión. Pero vayamos a los hechos.
Subir y bajar esta montaña no es un juego.
Entre que la montaña está en descomposición y va cambiando, los tramos son aéreos y verticales, y que puedes tener despistes, no es un juego.
Mejor estar acompañado por un profesional con experiencia y que conozca la montaña.
Y estar acompañado… durante años.
Me explico.
Unai y yo somos amigos desde pequeños. De hecho, tenemos una foto siendo críos con el Matterhorn de fondo.
Y me dijo Unai, «Fer, quiero subir al Cervino».
«Vale, te prepararé durante 3 años».
Sí, porque hay que estar bien preparado.
A ver. Si aunque no estés preparado te obsesiones con el Cervino, hables con un guía y éste te diga que te lleva sin conocerte. No sigas adelante. No lo contrates. Si un guía de montaña te dice que sí a ciegas, no lo contrates.
A Unai le propuse un plan de tres años.
En ese tiempo se acostumbró a la altura, a escalar, manejar la cuerda, ser guiado, etc. Y yo me acostumbré a él. El guiaje es un proceso de aclimatación en ambas direcciones y toma de confianza mutua. Ambos nos jugamos la vida cuando vamos al Cervino y tenemos que estar plenamente preparados para este reto.
Tres años de preparación, subiendo el Mont Blanc, Aneto, …
Y, ¡pam! Objetivo conseguido.
Llevar más de 20 años guiando a montañeros y ayudando a conseguir sus sueños te enseña a aprender cómo tiene que ser el proceso de preparación, aclimatación, ascensión y bajada.
El éxito de Unai empezó en el momento en que soñó con subir al Cervino y puso confianza en el proceso que le plantee.
Estamos hablando de la montaña más icónica de los Alpes. La mayoría de los montañeros tenemos como objetivo el Mont Blanc y el Cervino.
Además, el Refugio Hörnli tiene 150 camas y está abierto entre finales de junio y mediados de septiembre.
Vamos, que hay que reservar con muchos meses de antelación. En noviembre o diciembre se reserva para el verano siguiente.
Yo utilizo dos estrategias distintas para afrontar el Cervino. Depende de cada situación.
Podemos afrontarlo con una aclimatación previa o subirlo directamente.
El Matterhorn tiene 4.478 metros y apenas pasamos una o dos horas sobre los 4.000 metros, que es donde de verdad se suele notar la altura. En esta montaña se gana y se pierde desnivel muy rápido.
Por tanto, la aclimatación a la altura es importante. Siempre lo es. Pero en este caso es más importante la aclimatación a la situación. Vamos, que cuando estemos en la arista Hornli no me digas que pensabas que no habría más patio que desde tu balcón de casa porque vives en el piso nº 15, que no pensabas que fuese así.
Para eso está la aclimatación.
Para que nos conozcamos mutuamente. Para que yo vea de qué pasta estás hecho. Cómo te compostas en altura, caminando con crampones, si tiras mucho de la cuerda, cómo actúas cuando haya precipios, …
Al lío. Que tengo dos programas para el Cervino:
Muy resumido:
Con este programa buscamos aclimatarnos a las condiciones y no tanto a la altura, como he dicho antes, aunque eso siempre ayuda. A diferencia de la aclimatación que hacemos para subir al Mont Blanc, en este caso buscamos poner el foco más en lo técnico y en los patios.
Los tres días de aclimatación solemos pasarlos generalmente en la zona del Aiguille du Midi.
Para subir al Cervino necesitaremos dos días.
El primer día llegaremos a Zermatt, subiremos en teleférico y en un par de horas, y 300 metros de desnivel positivo, estaremos en la Hörnli Hut o refugio de Hörnli, a unos 3.260 metros de altitud.
El segundo día empezaremos en el refugio y cogeremos la arista Hörnli. Esta es la vía más utilizada por los montañeros que subimos al Matterhorn.
Serán unas 5-6 horas de ascensión hasta la cima.
Después es momento de bajar. E intentaremos hacerlo hasta Zermatt sin hacer una segunda noche en el refugio. No olvidemos que estamos en Suiza y los precios son elevados. Si estamos cansado o la meteo cambia repentinamente, siempre tendremos la opción de quedarnos allí otra noche.
Muy resumido:
Solo apto para personas muy bien preparadas y con experiencia en este tipo de montañas.
Para que te proponga hacer el Matterhorn por la vía rápida de dos días es posible que te tenga que conocer de antes.
De hecho, te diré que la mayoría de personas a las que he guiado los últimos años años ya los conocía anteriormente. Y es lo bonito. Cuando ves que hay confianza mutua y veo la evolución como montañeros de esas personas.
Entonces, el plan express del Cervino es como el plan largo, pero quitando los días previos de aclimatación: primer día de aproximación al refugio Hörnli, segundo día para subir y bajar.
Y al final nos tomaremos una cerveza en Zermatt, aunque tenga precio suizo, mirando al Matterhorn con una sonrisa. Recordando la experiencia. Intentando explicar lo inexplicable de las sensaciones de estar en la cima del Cervino. Algo que es imposible de explicar si no lo has vivido tú mismo.
A todos nos atrae el Cervino. Es especial. Y yo te puedo ayudar a que lo subas y lo bajes sano y salvo.
Te puedo ayudar a que sepas qué se siente en la cima del Cervino.
Y tendrás la sonrisa que tenía Andreu.